Arquitectura y Urbanismo

Arquitectura y Urbanismo

En 1902 se reportó que el país contaba con 1.8 millones de habitantes. En 1921 la cifra fue de poco más de 2 millones de personas. De ellos, 12 mil se localizaban en la capital. Durante los dos primeros decenios del sigo XX la ciudad reporteo poco crecimiento.

Obra Estatal

Se construyeron algunas obras de carácter pomposo que no soportaron los sismos. Entre los arquitectos que escribieron después de 1920, la principal crítica fue la rebaja a la calidad de los materiales que ordenaba el gobernante. Esto explicaría cómo las obras privadas del español Domingo Goicolea soportaron los sismos, mientras que las que edificó para el gobierno cayeron, como la Escuela Práctica de Varones y el Asilo de Maternidad Joaquina Cabrera, ambos en el bulevar 30 de junio.

De plazas a Campamentos

Los sismos de 1917 y 1918 destruyeron la ciudad casi en su totalidad, desde las iglesias y edificios públicos hasta las viviendas más sencillas. Las fotografías de la época evidencian la inmensa destrucción. Al quedar destruidas casi todas las residencias, se formaron campamentos en los espacios abiertos donde se levantaron carpas o casas improvisadas con materiales rescatados de los escombros: madera, láminas y tela. Entre los campamentos estuvieron los de la Plaza Mayor, Teatro, Candelaria, San José, San Sebastián, Plaza de Toros, Hipódromo, Santa Elena, Llano de Palomo, El Amate, El Gallito, Avenida de corona potrero de Santa Teresa, finca el Zapote, Cerro del Carmen, Ciudad Vieja, Ojo de Agua, Sito de Herrera, Llano de Bran, La Urbana, Parroquia Vieja, Jocotenango, San Pedrito, Matamoros, Jardín Experimental Estrada Cabrera, Jardín de la Penitenciaría, Guarda del Golfo, Guarda Chinautla, Cementerio, El Decauville, El Calvario, Sn Diego y los cantones Santa Faz, Tranvía, Aduana, Barrios y Barillas. Las personas abandonaron estos campamentos hasta 20 años después. Los habitantes con recursos habilitaron o reconstruyeron casa entre 1918 y 1919. Los servicios se restablecieron lentamente. La energía eléctrica hasta 1919, año en que también se inició la reparación de los acueductos de Pinula y Mixco. Se creó la Empresa del Descombramiento, se habilitó el servicio del Decauville y se lanzó el ripio a Barranquilla; de esta cuenta, se prolongó la 12 avenida hasta llegar a la casa de Estrada, en La Palma.

El Comité de Ingenieros

Se creó un comité de ingenieros para inspeccionar la ciudad y establecer un código de construcción. Estuvo integrado por Claudio Urrutia, Juan Padilla, Víctor Cotton, Gustavo Novella y Luis Pailla. Los expertos prohibieron las edificaciones de dos pisos y fachadas superiores a los 5 metros de alto.

Esto configuró el aspecto de la ciudad. Además, se estableció que se dejaran bocacalles más amplias, con el chaflán en las esquinas. El gobierno obligó a los artesanos a descombrar la ciudad y a construir edificios estatales sin paga.

El aporte de las cabeceras departamentales:        

Estrada obligó a las cabeceras departamentales a construir escuelas en la capital; varias de ellas fueron inauguradas en 1918, todas de madera. Una escuela localizada frente al parque Jocotenango que e encontraba en proceso de construcción fue finalizada con el aporte de Quetzaltenango, pero Estrada decidió que se usaría para instalar la Universidad. En 1919, la epidemia de gripe española no impidió que se inaugurara el Asilo de Maternidad Joaquina Cabrera y la Academia Militar, aunque consistió en dejar los edificios de un solo piso y reponer el techo.

La reconstrucción de la Ciudad

Juan Domergue finalizó la reconstrucción del templo de Santo Domingo. Además, se ordenó reparar el Teatro Colón y rehabilitar una parte del Palacio de Gobierno, mientras se planificaba uno nuevo, a cargo del italiano Guido Albani. En 1919 algunas familias lograron finalizar sus viviendas realizadas en concreto. Los bombardeos de 1920 habían destruido parcialmente varias casas en la lotificación La Urbana y la Estación del Ferrocarril, así como los alrededores de Santa Rosa y el Teatro Colón, afectando a muchas otras en toda la ciudad. Tras la Semana Trágica se inauguraron varios edificios como el Hotel Fénix; el banco de Rosenthal e Hijos, el Banco Colombiano a cargo del francés Juan Domergue; El Banco de Occidente obra de Goicolea que no sufrió daños; el Internacional fue reparado sin segundo piso, así como la sede central de la iglesia Presbiteriana.

La demanda constructiva propició la llegada de migrantes, por lo que, pocos años después, se urbanizaron los barrios de El Gallito, Nuevo y La Palmita, así como la apertura definitiva a las 1ª y 2ª avenidas hacia los llanos de Palomo, para construir cantón Cervantes.

El Palacio del Centenario

Para conmemorar el primer centenario de la Independencia se construyó el Hipódromo del Sur en la Finca la Aurora, y el Palacio del Centenario en una fracción del terreno que había ocupado el Real Palacio. Este Palacio constituía un salón de recepciones en madera y bajareque con lámina de zinc, que fue edificado por Cristóbal por Cristóbal Azori y decorado por Agustín Iriarte. Para edificar este salón se demolió lo que quedaba de la parte oriental del Palacio de Gobierno y la cimentación de la obra de Albani. Se unió la 5ª avenida que había quedado segmentada desde la traza original, y se prolongó la 7ª calle hasta coincidir con la 5ª avenida; de esa forma la super-manzana que por mucho tiempo representó el poder español se convirtió en tres manzanas pequeñas.

 

 

 

 

 

Fuente: Fascículos del Centro Histórico Municipalidad de Guatemala